noviembre 05, 2006

Malgenio y abuenamiento


Esta característica de ser viejos, chicos y mañosos (ya saben, mal genio a prueba de todo), tal como está dicho junto a nuestra foto, en la parte superior derecha de este blog, es un rasgo muy jodido que ya parece propio desde muchos años.
La única manera de que no se nos note, es cuando nos acompaña, o cuando acompañamos, a una tierna mujer (la que, casi siempre no nos importa si es hermosa, o no, porque toda mujer tiene su encanto).
Aún sabiéndonos así, caemos, una y otra vez, en los enojos y en los distanciamientos con los demás. Más frecuentemente con aquellos que más nos llega al corazón. Porque con los que no nos liga nada, rara vez nos enojamos.
Tú dirás: “Lógico”, y nosotros te contestaremos: “Sí”.
Pero aún en estas condiciones, ¿qué podemos hacer para dejar de ser tan quisquillosos?
Hemos leído muchos (tal vez demasiados en realidad) artículos de autoayuda.
También hemos asistido a decenas de talleres de crecimiento personal (personal e interno, por supuesto) y muchas veces hemos ayudado a otros a atenuar esta característica de ser mañosos, malgeniados.
Pero nosotros, como el Padre Gatica, ¡el mismo que predica y no practica!
Qué vida esta.

3 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

Pero es muy bueno que reconozcan que son malgeniados, ya tienen mucho adelantado.
En lo personal prefiero a las personas que demuestran su descontento a las que siempre sonríen y luego te "pelan".

5:49 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Qué bueno volverte a ver, dulce mujer. Adelantados de revoluciones es lo que andamos, querida Dulcinea. Y no nos da vergüenza decirlo, aunque nos pueda dar vergüenza que lo seamos. ¿Nos sigues, dulcísima damisela?

6:22 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Turrex-sita, con mujeres encantadoras como tú, lo de mañosos se nos pasa al instante. Encantados de tenerte en Alacrán Peludo.

11:04 p. m.  

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