Mujeres violentadas
Nosotros, Trauco, hemos aterrados de saber que los hombres son hoy un 6 por ciento más violentos con sus mujeres, que el año pasado.
Dicen que a las mujeres, ni con el pétalo de una rosa, y creemos que es así, de acuerdo con nuestra experiencia de tantos años.
Nosotros apelamos al convencimiento, más que al acosamiento. Persuadimos, porque a las mujeres les gusta el arrullo, no el barullo.
Ellas son suaves y tiernas, y así hay que tratarlas. Con ellas nosotros nos derretimos, y somos con la mantequilla sobre sus fragantes panecillos.
Decenas de mujeres saben, y quizás muchas de las que lean este post, que no mentimos. Algunas nos acusan: "El Trauco nos engañó". Pero no lo dicen con odio. No lo dicen con signos de admiración. Inclusive, se les alcanza a ver una sonrisita cuando lo dicen.
¿Por qué? Porque fue con consentimiento. Eso lo sabemos.
¿Para qué la violencia con las mujeres? ¿Por qué la violencia con las mujeres?
Un estudio de la Corporación Humanas y la Universidad de Chile, dado a conocer hoy, Día de la No Violencia (¿sabían?), dice que el machismo en Chile no tiene nombre.
Todos los chiquillos y gallos matones se las dan de muy machitos, y no se les ocurre otra cosa que pegarles a sus mujercitas, a sus abnegadas parejas. ¿Ah?
Estamos ofendidos con estos datos, porque sabemos el poder de la melodía de un poema, en comparación con un charchazo. Nos consta que el Trauco propone y la mujer dispone, y no va con nosotros eso de la brusquedad.
Cuando se les preguntó a ellas por los efectos de la reforma Procesal Penal, el 46 por ciento dijo nada ha cambiado, y al 11 por ciento le pareció que ahora están menos protegidas.
Y esta afirmación del estudio nos dejó "¡Plop!": "El 95 por ciento de las mujeres en Chile se sienten violentadas por sus parejas".
¡El 95 por ciento!
Eso es tanto como el 100 por ciento. ¿O es tanto como decir que somos solamente el 5 por ciento los que no violentamos a nuestras mujeres?
Porque violencia no es solamente darle chuleta en el poto, un coscorrón y un combo en la ñata. No, señores. No, chiquillos.
Dicen que a las mujeres, ni con el pétalo de una rosa, y creemos que es así, de acuerdo con nuestra experiencia de tantos años.
Nosotros apelamos al convencimiento, más que al acosamiento. Persuadimos, porque a las mujeres les gusta el arrullo, no el barullo.
Ellas son suaves y tiernas, y así hay que tratarlas. Con ellas nosotros nos derretimos, y somos con la mantequilla sobre sus fragantes panecillos.
Decenas de mujeres saben, y quizás muchas de las que lean este post, que no mentimos. Algunas nos acusan: "El Trauco nos engañó". Pero no lo dicen con odio. No lo dicen con signos de admiración. Inclusive, se les alcanza a ver una sonrisita cuando lo dicen.
¿Por qué? Porque fue con consentimiento. Eso lo sabemos.
¿Para qué la violencia con las mujeres? ¿Por qué la violencia con las mujeres?
Un estudio de la Corporación Humanas y la Universidad de Chile, dado a conocer hoy, Día de la No Violencia (¿sabían?), dice que el machismo en Chile no tiene nombre.
Todos los chiquillos y gallos matones se las dan de muy machitos, y no se les ocurre otra cosa que pegarles a sus mujercitas, a sus abnegadas parejas. ¿Ah?
Estamos ofendidos con estos datos, porque sabemos el poder de la melodía de un poema, en comparación con un charchazo. Nos consta que el Trauco propone y la mujer dispone, y no va con nosotros eso de la brusquedad.
Cuando se les preguntó a ellas por los efectos de la reforma Procesal Penal, el 46 por ciento dijo nada ha cambiado, y al 11 por ciento le pareció que ahora están menos protegidas.
Y esta afirmación del estudio nos dejó "¡Plop!": "El 95 por ciento de las mujeres en Chile se sienten violentadas por sus parejas".
¡El 95 por ciento!
Eso es tanto como el 100 por ciento. ¿O es tanto como decir que somos solamente el 5 por ciento los que no violentamos a nuestras mujeres?
Porque violencia no es solamente darle chuleta en el poto, un coscorrón y un combo en la ñata. No, señores. No, chiquillos.
Hay una violencia sutil, la de las palabras, la de los gestos, la de las miradas, la de hacerla quedar mal delante de los demás, la de pedirle cosas raras en la intimidad... ¡Todo eso es violencia!
¡Ya! ¡Córtenla!
Ya está bueno. ¿Ya?
¡Ya! ¡Córtenla!
Ya está bueno. ¿Ya?
Trauco at 9:12 a. m.
8 Comments:
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95% !!!!
Es demasiado,demasiado!! Aunque no me extraña considerando que la violencia se puede manifestar de diversas maneras, siendo muy pocas las consideradas como "violencia" propiamente tal...Mal.
El abuso de poder, de fuerzas, es algo completamente repugnante. Sea con niños, con mujeres, con ancianos, con hombres, en el fondo con alguien al que consideras más débil. Uff, en este tema me cuesta un poco ser objetiva, soy demasiado visceral al respecto, me enojo altiro jajaj, me cargan los abusos de poder y el no reconocer las cualidades en el otro... sencillamente no lo soporto y me enoja demasiado. Lo dejo hasta aquí, por falta de objetividad.
Es normal en el humano agredir a quien es más débil físicamente, o cuando no tiene argumentos para rebatir una idea. Vergonzosamente, es parte de nuestra naturaleza.
Saludos sangrientos
Blood
No a la Violencia
Y si a la COMUNICACION
ko
Piggi Sue, también creemos que ustedes las mujeres, bellas flores del campo, a veces, joden por joder. Nos sobremanera estristece que te hallan maltratado en la sicología, pero te lo buscaste, según nos cuentas. No te habíamos contestado unas horas antes, porque estábamos esperando que se te bajara la pluma, pues no queríamos transpirar. Pero eso sí, las cifras las reproduce el diario La Nación de ayer.
Sofía, lo que nos encanta de tu comentario es lo visceral, justamente, porque ninguna mujer debe permitir que la violenten, ni siquiera en su estado de ánimo. Nosotros, Trauco, las comprendemos perfectamente ¿ya?
Blood, sangrienta razón la que comentas aquí. ¿Por qué es tan vil, a veces, la naturaleza humana? Estamos contigo cuando dices que es una vergüenza.
Ko, he ahí una de las causas de estas tensionantes situaciones que pueden ser violentas entre las parejas: la falta de comunicación. Y creemos que comunicación debe ser, también, sinónimo de sinceridad. No tiene gracia comunicar mentiras. ¡No a la violencia!
Luis Alejandro Bello Langer, así como tú lo dices: ahora se considera no solamente la violencia física, sino aquella otra que no se ve. El estudio, lamentablemente, no tiene información de mujeres que le den charchazos a los hombres (y que las hay, las hay). Pero esto no compensa ni equilibra nada, porque también es violencia. A todo señor, todo honor; a toda señora, toda honora. ¿Ya?
Hay que quitarse de encima el sambenito de nuestra sangre latina y de los ardores hormonales.
El que usa la violencia es un cobarde, miedoso, falto de entendimiento, pobre de espíritu, de sxualidad dudosa desde luego lo contrario de lo que el presume, tarado, disminuido mental, cavernicola, sin educación, rudo, deficiente mental, bruto de caracter.
Eso pienso.
Respecto de vuestro comentario en Blood, sí pero no. Sí, en el sentido de mantener el ritmo de la historia; en general mis relatos dan para más largo y desarrollado. No, en el formato; me circunscribo al microcuento, algo así como dos cucharadas y a la papa. Aunque estoy trabajando en el otro extremo también. Paciencia, que el impaciente soy yo...
Saludos sangrientos
Blood
Carlos Martínez, tú lo has dicho porque a nosotros nos dio un poco de pudor: aquel que le pega a su mujer es un dudoso sexual, un tarado, un disminuido mental, un cavernicola, un rudo sin educación y, probablemente, deficiente mental. ¡Eso es tener huevos para hablar, tío!
Blood, sí pero no estamos contigo. Hay unos cortos y otros que no lo son. A nosotros nos dijeros que debemos ponernos a órdenes del tema, y no al revés. Pero son cosas que tú sabes manejar, mejor que nosotros. En todo caso, no te impacientes ¿ya?
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